Ana García-Pineda. Ochenta y ocho

Las paredes de la casa donde vivió mi abuela tienen gotelé. Siempre he querido saber más. Sobre ella. Sobre la casa. Sobre todo. Por eso empecé a estudiar braille. He hecho algunos progresos. Y he descubierto cosas [...]. Caí en que el auge del gotelé en España coincide temporalmente con la dictadura. Y pensé que pudo haber nacido como un sistema de difusión encubierto. Pensé en una sociedad secreta que utilizaba la profesión de pintor como tapadera para librarse de la censura y que inventó el gotelé por sus posibilidades comunicativas. Con la excusa de que sirve para disimular imperfecciones en las paredes difundió literatura, filosofía, ciencia y cosas de esas. Al llegar a esta conclusión, me preocupó que con la excusa estética estuviera desapareciendo mucho material sin descifrar, que estuviéramos perdiendo patrimonio. Pensé que debería haber una asociación encargada de salvaguardarlo y estudiarlo. Encargada de recuperar los mensajes transmitidos, los poemas, las historias...